LIMA
HISTORIA DE LIMA
Época prehispánica
Pachacámac fue un importante centro religioso para algunas culturas prehispánicas antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Aunque la historia de la ciudad de Lima se inició con su fundación española en 1535, el territorio conformado por los valles de los ríos Rímac, Chillón y Lurín estaba ocupado por asentamientos preincaicos, los cuales estaban agrupados bajo el señorío de Ichma. La cultura Maranga y la cultura Lima fueron las que se establecieron y forjaron una identidad en estos territorios. Durante esas épocas se construyeron los santuarios de Lati (actual Puruchuco) y Pachacámac (el principal santuario de peregrinación durante la época de los incas).
Época virreinal
En 1532, los españoles y sus aliados indígenas (de las etnias sometidas por los Incas) bajo el mando de Francisco Pizarro tomaron prisionero a Atahualpa en la ciudad de Cajamarca. Aunque se pagó un rescate, fue condenado a muerte por razones políticas y estratégicas. Tras algunas batallas, los españoles conquistaron su imperio. La corona española nombró a Francisco Pizarro gobernador de las tierras que había conquistado. Pizarro decidió fundar la capital en el valle del río Rímac, luego del intento fallido de constituirla en Jauja.
Consideró que Lima estaba estratégicamente ubicada, próxima a una costa favorable para la construcción de un puerto pero prudencialmente alejada del mismo como para prevenir ataques de piratas y potencias extranjeras, sobre tierras fértiles y con un conveniente clima fresco. Así, el 18 de enero de 1535 se fundó Lima con el nombre de Ciudad de los Reyes, denominada de esta forma en honor a la epifanía, sobre territorios que habían sido del curaca Taulichusco. La explicación de este nombre se debe a que «por las mismas fechas de enero estaban los españoles buscando el lugar para la fundación del emplazamiento de la nueva ciudad, [...] no lejos del santuario de Pachacámac, cerca del río Rímac.
Época republicana
El Jirón de la Unión fue la vía más importante de Lima durante la primera mitad del siglo XX.
Proclamada la independencia del Perú en 1821 por el general San Martín, Lima se convirtió en la capital de la flamante República del Perú. Así, fue la sede del gobierno del libertador y sede también del primer Congreso Constituyente que tuvo el país. Los primeros años de la historia republicana peruana se caracterizaron por el constante enfrentamiento entre caudillos militares, que tenían como objetivo gobernar el país y para lo cual intentaban tomar la sede de gobierno.
Así, Lima sufrió varios asedios y enfrentamientos armados en sus calles. Desde el punto de vista urbanístico, el constante crecimiento que experimentó la ciudad dio lugar a un fenómeno de modernización. En 1862 se dio inicio al proceso de cambio en la nomenclatura urbana de la ciudad en 1868, por disposición del presidente José Balta, se dispuso la demolición de las murallas que la circundaban, dando paso a las primeras grandes avenidas.